ESTAMBUL.- Las autoridades turcas buscaban ayer al autor del atentado perpetrado en el club Reina, una de la mayores discotecas de Estambul, durante las celebraciones de Año Nuevo, en el que murieron 39 personas, entre ellas 15 extranjeros, y 65 resultaron heridas. Ningún grupo u organización reivindicó aún la masacre condenada internacionalmente.
“Es un ataque terrorista”, afirmó el gobernador de la ciudad, Vasip Sahin, a las pocas horas de producirse la matanza. El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, declaró ayer que el país hará todo lo necesario “para garantizar la paz de sus ciudadanos” y luchará “hasta el final” contra los atacantes de “organizaciones terroristas y las fuerzas tras ellas”.
Según el ministro turco del Interior, Süleyman Soylu, la masacre fue causada por un hombre en el club Reina de la ciudad, a orillas del Bósforo, tras matar a un policía y un civil para poder acceder a las 1.15. El primer ministro turco, Binali Yildirm, desmintió que el atacante iba disfrazado de Papá Noel. “Esas informaciones son falsas”, dijo en Estambul. “Sabemos que se trata de un terrorista armado”, señaló.
Las autoridades trabajan bajo una fuerte presión para determinar la identidad del atacante. Podría ocurrir que hubiera dejado su arma en el club y que hubiera huido aprovechando el caos. Las autoridades contemplan todas las opciones, añadió.
“El terrorismo no nos puede intimidar, no puede destruir nuestra fraternidad, determinación y unidad”, añadió el jefe de Gobierno.
En el momento de la matanza había entre 700 y 800 personas celebrando el año nuevo en la discoteca. Algunas saltaron a las gélidas aguas del Bósforo huyendo de los disparos, contaron testigos.
Por el momento han sido identificadas 20 víctimas, 15 son extranjeros y cinco turcos, dijo Soylu. Se confirmó la muerte de dos ciudadanos tunecinos, cinco saudíes, dos indios y una israelí. Según Anadolu, también habría ciudadanos marroquíes, libaneses y libios. Entre los heridos hay al menos 10 saudíes, otra mujer israelí y tres franceses.
El atentado en Estambul, apenas tres semanas después de que otro ataque terrorista dejara 45 muertos en la ciudad. Las autoridades turcas habían desplegado a 17.000 policías en Estambul por miedo a un posible atentado, informan medios locales. No obstante, los esfuerzos de seguridad se habían centrado en la plaza Taksim y la avenida Istiklal Caddesi, una popular zona de ocio nocturno.
El responsable del club Reina aseguró que no faltaban precauciones para garantizar la seguridad en la fiesta en la ciudad turca. (DPA)